Fotografía: Iván Rupérez

17 de octubre de 2011

¡Benditos padres!

Lo tengo que decir. Sí, debo estar haciéndome mayor, pero me da igual. Ahí va: ¡Qué orgulloso estoy de mis padres! No sé qué sería de mí sin todo lo que me han dado. Tranquilos que no he olvidado cuál es la temática de este blog, pero necesitaba soltar ésto antes de contaros la siguiente historia.

Si me siento súmamente orgulloso de mis padres es principalmente por la educación que me han dado. Si no recuerdo mal, al presentaros este espacio os desvelé que era monitor de tiempo libre. Pues bien, en una ocasión, al cumplir con mis funciones, viví dos momentos que me dejaron atónito. En ambos casos los protagonistas eran los padres y las historias convergían en su título: "Líbrame de mi hijo".

Me resultó curioso ver cómo los padres de los hijos más respetuosos eran los que preguntaban sobre el comportamiento de éstos. Por el contrario, los padres de aquellos que peor comportamiento habían tenido se limitaban a preguntar si el número de horas que pasaba con su hijo se podía ver aumentado de algún modo. Esta reacción por parte de los adultos me hizo pensar en lo inocentes que son las personas cuando todavía son niños. Todo tiene una explicación. Y yo halle la respuesta.

«¿Recoger sin sembrar?»
Imagen: http://solomemolestaami.blogspot.com

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